Juramento a la
docencia
Juro por Dios y por Eugenio
María de Hostos llamado el Ciudadano de América. padre del positivismo puertorriqueño, intelectual, educador, filósofo de la educación científica para todos, sociólogo y escritor. Tomándolos a ambos como
testigos cumpliré fielmente, según mi leal saber y entender, este juramento de compromiso
con la libertad y de que me concede mi autoridad y mi libre albedrío y solidaria.
Me comprometo a emprender acciones
para a la creación de una cultura solidaria en favor de la educación. Dedicar
mi vida y profesión al servicio de la humanidad. Utilizar mis conocimientos y
experiencia con estricta ética en beneficio del bien común. Construir bases
sólidas y promisorias para el cambio ciudadano, que permita la formación la
sociedad del conocimiento. Enseñar el alcance y la trascendencia que tiene la
educación para el desarrollo integral, humano, social, enriqueciendo vidas y respetando de este juramento los principios de la
educación y a quienes trabajan en ellos, Venerando a mis maestros a quien me enseñaron este oficio, compartir con mis estudiantes y asistirles en sus necesidades; considerar a sus hijos como hermanos míos, enseñarles este oficio si quieren aprenderlo; comunicar todo lo demás de la doctrina a mis hijos, a los hijos de mis maestros y a todos los alumnos.
Con la visión fundamentada en la creación de centros educativos que promuevan la formación de
un ciudadano capaz de realizarse como ser humano por sus propios méritos,
conforme a los talentos y habilidades especiales que posee, los cuales
desarrollará de manera óptima en un ambiente de estudio con todas las
oportunidades y el escenario adecuado para lograrlo.
Con la misión de
planificar, crear, apoyar e implantar la política pública para el logro de una
gestión educativa efectiva brindándole al estudiante una educación de
excelencia mediante la estructuración de un programa educativo especializado
que responda a sus talentos y habilidades basado en el marco curricular, los
estándares y expectativas de los diferentes programas académicos, ocupacionales
y técnicos. Todo esto encaminado al desarrollo integral del estudiante en el
aspecto artístico, cognoscitivo, físico, social, emocional y ético-moral.
En cuanto pueda y
sepa, usaré las reglas del docente en provecho de los estudiantes y apartaré de
ellos todo daño e injusticia. Jamás haré daño ningún a estudiante, por mucho
que me soliciten, ni tomaré iniciativa alguna de este tipo; tampoco
administraré castigo alguno. Por el contrario, viviré y practicaré mi docencia
de forma santa y pura.
En cualquier
centro docente que entre, lo haré para bien de los estudiantes, apartándome de
toda injusticia voluntaria y de toda corrupción, principalmente de toda
relación vergonzosa con mujeres y hombres. Todo lo que vea y oiga en el
ejercicio de mi profesión, y todo lo que supiere acerca de la vida de alguien,
si es cosa que no debe ser divulgada, lo callaré y lo guardaré como secreto
inviolable.
Espero que el juramento el cual cumpliré íntegra, viva y/o feliz recoja los frutos de mi docencia sea
honrada por todos los hombres y por la más remota posterioridad. Pero si soy
transgresor y perjuro, avéngame a lo contrario.